Mundial de Rusia: más allá del fútbol
El venidero Mundial de Fútbol en Rusia ha tenido más polémica desde el punto de vista político que desde su misma razón de ser que es el deporte. Occidente busca sabotear ese insigne evento al que asisten cada año miles y miles de personas; y lo hace usando pretextos que en realidad no van dirigidos al fútbol sino a la sede del Mundial.
Recientemente la Cancillería de Rusia denunció que Occidente provoca con el objetivo de sabotear el evento futbolístico, a partir de un supuesto envenenamiento de un exoficial ruso y la acusación contra Moscú por ese hecho. Gran Bretaña arremetió contra Rusia a través de una acusación por su presunta implicación en el caso de Serguei Skripal. La nación euroasiática considera ese hecho como un intento de iniciar una campaña mediática para desacreditar la sede del Mundial de Fútbol.
Ciertamente no hay límites cuando de política sucia se trata. Resulta que los medios de prensa británicos han creado todo un montaje alrededor del tema, y la esencia de esa manipulación mediática parte de que fue Moscú quien superó a Londres en la lucha por obtener la sede del Mundial.
Es este un hecho como para reír a carcajadas. Tal vez pequemos de ingenuidades, pero… ¿qué gana Reino Unido a estas alturas, cuando queda poco para que comience la función, con tratar de desacreditar a Rusia? Mientras los protagonistas del mayor evento de su tipo en el mundo se preparan para enfrentarse en el campo, el terreno mediático trata de hacer tierra al merecedor de la sede.
Pero la acusación trasciende, va más allá. Este teatro puede estar enfocado, además, en causar un descontento en la población rusa antes de las elecciones del 2018 que también se acercan. Miembros de la Cancillería rusa aseguran que la acción, dirigida contra Skripal y su hija, busca crear condiciones para el surgimiento de la inconformidad de la población rusa respecto a las acciones del Gobierno, pero esos objetivos carecen de éxito y perspectivas.
En realidad, más allá de lograr los objetivos fundamentales de esa campaña mediática, lo que se consigue es dañar las relaciones diplomáticas entre Moscú y Londres, a través de criterios que no tienen un sustento lógico.
