Los mexicanos migrantes del clima
Los efectos del cambio climático son innegables, y esta situación será especialmente grave en diversas zonas de América Latina, sobre todo en las más pobres. Los vínculos entre cambio climático y migración también serán muy evidentes en esta región del planeta. Millones de personas deberán migrar dentro de su propio país, y, en mayor medida, en México y Centroamérica, donde no pocos ciudadanos se verán obligados a decidir por el destierro interno.
El Banco Mundial ya ha puesto en el foco de atención está realidad no tan estudiada y analizada en los círculos académicos de los distintos países del mundo. Se trata de los desplazamientos en el interior mismo de un país como consecuencia del calentamiento global. Un informe de este organismo internacional sobre el tema dedica gran espacio a México, la segunda economía de Latinoamérica y un territorio geográfico de gran extensión, donde la agricultura constituye uno de los sectores más golpeados por los efectos del cambio climático, y qué más "migrantes climáticos" podría originar. Si no se toman más medidas y es mayor la voluntad a nivel mundial de enfrentar el cambio climático, los migrantes climáticos internos podrían llegar a representar hasta el 1% de la población a nivel mundial, cifra que llegaría al 2% en el caso del país azteca.
Según el informe presentado por el Banco Mundial, uno de cada siete desplazamientos internos bien podrían deberse a causas relacionadas con el cambio climático, con vistas al año 2050. La situación empeora por el cada vez más difícil acceso al agua y a la decreciente producción de los cultivos. Es así como serán abandonadas “las zonas más cálidas y costeras, como el golfo de México o la costa del Pacífico de Guatemala”, se señala también en el informe presentado por el Banco Mundial. Al mismo tiempo, señala que dos puntos favorables a la recepción de migrantes son la meseta central mexicana y las tierras altas guatemaltecas. Otras zonas que serán proclives a ser destino de migrantes en México serán grandes urbes como Guadalajara y Monterrey.
Ante este panorama que se vislumbra para los años venideros, podría decirse que el incremento en la migración climática en México podría ser “dramático” para finales del siglo. Por supuesto que existen formas de evitar el peor de los escenarios, y es un consejo que dan los expertos a escala global. El mundo debe unirse en una acción global potente para disminuir las emisiones de gases de efecto invernadero. El tiempo se agota, y no solo para México, para todo el mundo. Se debe plantar cara con más fuerza a este otro gran problema que enfrenta la humanidad.
