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sábado, 9 de junio de 2018

Observar, regla número uno de la sociología

Por dianell

La observación ocupa un lugar importante entre los métodos sociológicos. A diferencia de la observación cotidiana, se desarrolla de manera sistemática y planificada. La particularidad de la observación sociológica consiste en que se investiga al hombre como ser social activo en su posición hacia el mundo que le circunda. Por lo tanto no es observar por observar.

Mediante la observación sociológica, el observador examina fenómenos y actividades de individuos y grupos sociales durante un periodo de tiempo establecido, los registra como datos sociales y ordena los apuntes según las categorías de observación. La observación es un método de recopilación de información social primaria sobre el objeto estudiado mediante la percepción directa y los registros de los factores concernientes, aquellos que son significativos desde el punto de vista de los objetivos de investigación. La sistematicidad, la planificación y la orientación son los rasgos característicos de la observación como método de investigación sociológica.

Para que las alteraciones durante la observación sean mínimas debemos orientarnos por las siguientes normas: Asumir el papel de miembro ordinario del colectivo. No aparecer en primer plano, no manifestar un interés excesivo por lo que ocurre. Escuchar y mirar atentamente el fenómeno a observar. Las expresiones deben ser neutrales y no tener un carácter valorativo.

La comparación ulterior de los registros de los participantes en la observación, que debemos llevar independientemente unos de otros, permite en primer lugar, eliminar las consecuencias de influencias colaterales ( subjetivas y objetivas); en segundo lugar, descubrir en uno u otro observador puntos muertos, es decir, acontecimientos no captados. Además, los observadores tienen la posibilidad de percibir acciones mutuas y la reacción de los observados en presencia de investigadores. Esto permite a los observadores verificar la corrección de las propias acciones

La primera particularidad de la observación sociológica es la vinculación del observador con el objeto de la observación. El sociólogo observa la sociedad, los procesos y situaciones sociales, y a la vez es una partícula de esta sociedad, inseparablemente vinculada con ella y sometida a las mismas influencias y a los mismos cambios a que está sometida la sociedad. Esta vinculación inseparable del observador con el objeto de la observación establece su impronta en la percepción que tenga éste de la realidad social, en la comprensión de los procesos, situaciones y acciones sociales de los distintos individuos, y en la interpretación que haga de los fenómenos observados. El observador trata de captar la conducta de los hombres en sus acciones sociales, en el desarrollo social y en condiciones normales. Debe esforzarse por evitar cuando le sea posible, la influencia de su propia persona sobre el grupo observado. Pues esto puede dar una imagen distorsionada de la realidad.