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miércoles, 20 de junio de 2018

Pocos amigos después de los 25

Por Jacky

El hombre es un ser social por excelencia. A lo largo de los años las interacciones que tenemos en las diferentes esferas de la vida nos llevan a conocer personas, alguna de las cuales incluimos en nuestro círculo más cercano de amistades. Y aunque es un proceso que se extiende por toda la vida, lo cierto es que hay una etapa en la que somos más “amigables”, por así decirle.

 

Según un estudio de la Universidad Alto en Finlandia y de la Universidad de Oxford en Reino Unido, la edad en la que las personas tienen el máximo número de conexiones sociales es a los 25 años. Los especialistas analizaron varios datos, tomando como muestra a 3 millones de usuarios de teléfonos móviles en Europa, con el fin de estudiar sus patrones de comportamiento en cuanto a la frecuencia y duración de sus llamadas, además de sus formas de interactuar en redes sociales.

El resultado fue que los jóvenes no paran de hacer amistades hasta que llegan a los 25 años. Luego de que pasan esa edad las pierden rápidamente, con una ligera diferencia entre las mujeres y los hombres. Las féminas pierden más rápido a sus amistades que los hombres, pero cuando llegan a los 40 años, los varones terminan con un número más reducido de amigos en comparación con las primeras. Según los especialistas, la explicación podría ser que estas invierten más esfuerzos en mantener o encontrar a su ideal de mejor amigo(a) y al encontrarlo, se les va la vida conservándolo.

Aunque el rango es más amplio y el fenómeno podría ser que cercano a los 30 años, las personas ya tienen definidos sus intereses vitales, y es por ello que se pierden las viejas amistades, porque las personas de la infancia o el grupo de la adolescencia dejan de ser iguales a uno y dejamos de verlos como una referencia fundamental para construir la propia identidad.

En ese sentido, el sociólogo e investigador en emociones de la Universidad Abierta de Cataluña (UOC) Francesc Núñez explicó que, cuando eres joven, lo que tienes por delante es un potencial indefinido muy grande, y a medida que te haces mayor te vas definiendo, y como la amistad normalmente funciona entre iguales, cada vez son menos los “iguales” que encuentras.

Pero la razón podría también, ser motivada por el momento de la vida: las responsabilidades laborales y familiares consumen tanto de la actividad diaria que hay poco tiempo para cosechar amistades en la esfera social.