Enviar por email

tu nombre: email destino: mensaje:
Nombre de Usuario: Email: Contraseña: Confirmar Contraseña:
Entra con
Confirmando registro ...

Edita tu perfil:

Usuario:
País: Población: Provincia:
Género: Cumpleaños:
Email: Web:
Como te describes:
Contraseña: Nueva contraseña: Repite contraseña:

lunes, 18 de junio de 2018

Un invernadero inteligente para jitomates

Por ElizabethF.

Investigadores de la UNAM ponen su talento y esfuerzo en la creación de invernaderos automatizados con los cuales esperan optimizar la agricultura de hortalizas, a partir del control de variables físicas y nutricionales, entre las cuales se cuentan la temperatura, radiación, pH, humedad relativa y fertirriego. Asimismo, utilizan biofertilizantes y biofungicidas de factura propia.

Los resultados, de acuerdo con un comunicado divulgado por la institución, han sido muy interesantes, pues se han incrementado los rendimientos del modo esperado. Según reseña una nota de la agencia Notimex, controlando los elementos mencionados en un invernadero con automatización de nivel medio se logró una producción sustentable de entre 380 y 450 toneladas por hectárea al año, mientras que en un invernadero típico lo normal es que se alcance de 225 a 350 toneladas. Como un valor añadido se incrementó la cantidad de jitomate de primera calidad, lo cual es de gran importancia para los productores.

Otro indicador de relevancia, los costos de producción, también resultaron significativos. El experto Enrique Galindo Fentanes, investigador del Instituto de Biotecnología (IBt), explicó el costo disminuyó de 7,6 pesos por kilogramo a 4,29; mientras que el consumo de agua se redujo de 30 a 14 litros y los tiempos de germinación de 28 a 20 días. De igual forma, monitorearon la carga química de fertilizantes, la cual disminuyó de 300 gramos por kilogramo producido (datos de campo abierto) a 42 gramos por kilogramo producido. Esto se debe, en opinión del investigador, a que el control de las variables ambientales, junto al buen trabajo cultural, evitó la propagación de plagas y por consecuencia el uso de plaguicidas.

Sobre las ventajas de este experimento, más allá de los rendimientos productivos, Antonio Juárez, investigador del Instituto de Ciencias Físicas (ICF), resaltó la inocuidad de los alimentos que se obtienen, algo que demandan los estándares internacionales. Otro aspecto que resaltó fueron las características del invernadero, el cual está equipado con una pared húmeda y ventiladores para su humidificación y enfriamiento, además de mallas-sombra para controlar la radiación solar y nebulizadores para regular la humedad relativa.

Estos invernaderos automatizados fueron instalados en Tezoyuca, Morelos, y funcionaron gracias a la colaboración entre los institutos de Biotecnología, Ciencias Físicas y de Investigaciones Biomédicas de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), además del Colegio de Postgraduados y los FIRA.