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viernes, 16 de febrero de 2018

El robo de criptomendas golpea a Coincheck

Por Nursia

Para muchos el nombre de Coincheck pudiera pasar inadvertido. Sin embargo, los que se encuentran bien informados en temas de economía y finanzas, saben que esa es la casa de cambio japonesa que sufrió el pasado mes el peor robo en la historia de las criptomonedas, desde el hackeo a Mt. Gox en 2014. Este martes 13 de febrero Coincheck entregó a la Agencia de Servicios Financieros de Japón (FSA) su informe sobre el mayor desfalco sufrido por esa entidad en su historia, que los puso bajo el escrutinio público internacional y ha dado al traste con la confianza de sus usuarios.

El pasado 26 de enero Coincheck admitió haber sido víctima del hurto de criptomonedas por un monto cuyo valor rondaría en el momento de conocerse los hechos cuatrocientos veintisiete millones de euros, viéndose afectados unos doscientos sesenta mil clientes de la plataforma de cambio. En este sentido, se ha comprometido a reembolsar a los usuarios afectados con unos trescientos setenta y ocho millones mediante pagos en yenes a través del monedero de la empresa.

Hasta el momento no se ha aclarado si la casa ha logrado identificar a los ciberdelincuentes responsables del robo. De momento, la inteligencia surcoreana ha apuntado como posibles responsables a unos “villanos recurrentes”, los hackers de Corea del Norte, mientras que Coincheck sigue sin aclarar, al menos públicamente, lo ocurrido.

Por tanto, el informe sobre el robo, que fue enviado a los reguladores, dejará la escena lista para que estos decidan si le confieren una licencia para operar. La Agencia de Servicios Financieros japonesa ordenó a Coincheck que elevase sus estándares después de la agresión sufrida a finales de enero, exigiendo un informe sobre la seguridad de sus sistemas y las medidas que tomaría para evitar que se repita. El informe incluyó una investigación de Coincheck sobre el ataque y los detalles de las acciones para reforzar su sistema de gestión de riesgos, dijo la plataforma en un comunicado. El ataque ha dejado al descubierto fallos en el sistema japonés de regulación de comercio de criptodivisas y pone en cuestión el intento del país de supervisar el sector, lo que contrasta fuertemente con las restricciones de autoridades de países como Corea del Sur, China e India.

A partir del propio 13 de febrero, la plataforma japonesa de negociación de criptomonedas ha permitido a sus usuarios con activos en yenes operar con los mismos. La reacción ha sido inmediata, según publica el portal financiero Bloomberg, debido a que los inversores han retirado ya 40.000 millones de yenes, unos 302 millones de euros. Coincheck, que congeló las retiradas de yenes y criptodivisas tras el ataque, el mayor desde el sufrido por la ahora desaparecida Mt. Gox en 2014, persiste con los controles sobre la retirada de criptodivisas, estableciendo límites para su venta por otras divisas. De hecho, ahora mismo solo permite intercambiar bitcoins, aunque no retirarlos.

No obstante, pese a permitir a sus clientes retirar yenes de nuevo, Coincheck expresó que mantendría límites en las retiradas de criptodivisas hasta que pueda garantizar que retoma sus operaciones con total seguridad. Un abogado que representa a un grupo de diez operadores de criptomonedas confesó que presentará una demanda contra Coincheck el jueves por los límites para retirar criptodivisas. El gobernador del Banco de Japón, Haruhiko Kuroda, dijo que “las criptodivisas probablemente no suponen una amenaza a corto plazo para monedas como el yen porque se emplean sobre todo para comercio especulativo, más que como medios de pago”. Kuroda dijo además que “el Banco vigilaba de cerca la evolución del comercio de criptodivisas para asegurar que no mina la confianza pública en la seguridad de los sistemas actuales de pago supervisados por el banco central”.

Una criptomoneda, criptodivisa o criptoactivo es un medio digital de intercambio. La primera criptomoneda que comenzó a operar fue la bitcoin en 2009, y, desde entonces, han aparecido muchas otras con diferentes características y protocolos como Litecoin, Ethereum, Ripple, Dogecoin. El uso de estas criptomonedas en actividades ilegales, así como la imposibilidad por parte de los gobiernos de establecer políticas impositivas sobre transacciones realizadas a través de dicho medio, es motivo de controversias. Bolivia se ha convertido en el primer país en prohibir explícitamente el uso de estas criptomonedas, desde junio del 2014.