Rusia, en el centro del tablero mundial
Funcionarios europeos y estadounidenses divididos sobre la política exterior del presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, encontraron causa común este fin de semana para denunciar lo que dicen es la campaña encubierta de Rusia para socavar las democracias occidentales. Pero a pesar de la demostración transatlántica de enojo durante la Conferencia de Seguridad de Munich, los funcionarios y diplomáticos occidentales también reconocieron una verdad incómoda: que Rusia es fundamental para resolver muchos de los peores conflictos del mundo.
Desde el este de Ucrania hasta Corea del Norte, el estatus de Rusia como potencia nuclear, su intervención militar en Siria y su veto en el Consejo de Seguridad de la ONU significan que cualquier diplomacia debe involucrar a Moscú, dijeron las autoridades. "No podemos encontrar una solución política sin Rusia", dijo a Reuters el ministro de Defensa noruego, Frank Bakke Jensen. "Tenemos que llegar a un punto en el que podamos trabajar para encontrar una solución política, y deben ser fundamentales para eso".
Al menos públicamente, Rusia era el malo de Munich, criticada rotundamente por interferir en la campaña presidencial de EE.UU. en 2016 después de la acusación estadounidense a 13 rusos esta semana, y más ampliamente por su anexión de Crimea en Ucrania en 2014. Para Occidente, esa unidad de propósito marcó un cambio después de un año de la retórica de Trump "América Primero", sus declaraciones inconsistentes sobre la OTAN y la Unión Europea, su decisión de retirarse del acuerdo de cambio climático de París y su decisión de no certificar el cumplimiento con el acuerdo nuclear de 2015.
En el evento anual de Munich, una rara reunión de funcionarios de seguridad europeos y estadounidenses que también atrae a los principales diplomáticos rusos, los políticos estadounidenses estaban visiblemente irritados con las negaciones públicas de Moscú de las acusaciones de intromisión. "Estoy sorprendido de que los rusos vengan, envíen a alguien, todos los años para refutar los hechos básicamente", dijo el director de Inteligencia Nacional de Estados Unidos, Dan Coats, sobre la presencia rusa en el evento. Pero detrás de escena, los diplomáticos dijeron que había un tono diferente, ya que altos funcionarios, incluido el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, se reunieron con el ministro de Exteriores ruso, Sergei Lavrov, en las habitaciones doradas y blancas del hotel Bayerischer Hof.
"Hay una red diplomática que funciona", dijo el senador ruso Aleksey Pushkov, citando contactos para resolver la guerra civil siria, incluidos Moscú, Ankara, Washington y Tel Aviv. "Es algo que, si se usa de manera eficiente, puede evitar confrontaciones más grandes". El ministro de Relaciones Exteriores de Alemania, Sigmar Gabriel, se reunió varias veces con Lavrov, ofreciendo la posibilidad de aliviar las sanciones económicas impuestas sobre el papel de Moscú en el este de Ucrania y llamando a Rusia un socio "indispensable" en los esfuerzos globales para prevenir la proliferación de armas nucleares.
El exsecretario de Estado norteamericano John Kerry, que negoció el acuerdo de 2015 para frenar las ambiciones nucleares de Irán, dijo que Occidente necesitaba "compartimentar" los problemas con Moscú, para que la diplomacia pueda lograr más. Parte del desafío para Occidente es que las crisis internacionales se han entrelazado. Rusia está aliada con el enemigo de Israel, Irán, en Siria, mientras que el apoyo de Moscú a los separatistas en Ucrania atrae la ira de la OTAN.
Pero el aliado de la OTAN Turquía está buscando completar un acuerdo de armas para comprar defensas aéreas rusas. Ha golpeado a las fuerzas kurdas respaldadas por los EE. UU. en el norte de Siria con la bendición de Rusia. En Asia, los esfuerzos de Estados Unidos para detener el desarrollo de armas atómicas de Corea del Norte se basan en parte en la voluntad de Moscú de aceptar un pedido estadounidense y europeo de un embargo de petróleo a Pyongyang, que hasta ahora ha rechazado. "Hace unos años se podía hablar de crisis distintas, pero hoy, si se está discutiendo una, se están sacudiendo a todas las demás", dijo Jensen de Noruega.
Así que mientras el primer ministro israelí Benjamin Netanyahu criticaba a Irán en Munich el domingo, en Nueva York, los esfuerzos británicos, estadounidenses y franceses por condenar a Teherán en las Naciones Unidas se toparon de inmediato con la resistencia rusa, dijeron diplomáticos a Reuters. Y en Munich, mientras los funcionarios de Estados Unidos y Europa vieron el impulso para el personal de mantenimiento de la paz de la ONU en el este de Ucrania para resolver el conflicto de cuatro años allí, el enviado especial de Estados Unidos Kurt Volker admitió que todo estaba en Moscú. "Está en manos de Rusia", dijo Volker en una reunión de funcionarios de la UE y Estados Unidos, incluido el jefe de defensa de Suecia, quien ofreció las tropas de su país para cualquier misión de ese tipo.
Hace nueve años, en Munich, el entonces vicepresidente estadounidense Joe Biden prometió "restablecer" las relaciones con Rusia, pero pocos en Occidente parecían darse cuenta de la profundidad del resentimiento de Rusia por la ruptura de la Unión Soviética y la expansión hacia el este de la OTAN. Ahora, con las sanciones económicas occidentales impuestas a Rusia por su anexión de Crimea en 2014 y su apoyo a los rebeldes en el este de Ucrania, las relaciones Este-Oeste están en su punto más bajo desde la Guerra Fría, con pocas posibilidades de mejora, dijeron diplomáticos.
