La última novedad de Trump
Definitivamente con el actual presidente de Estados Unidos, Donald Trump, nunca se sabe. ¿Quién dice que es aburrida la política en el norteño país? Para nada, en este aspecto se mantienen muy arriba y asciende también el interés y la alerta internacional en esos asuntos. ¿Hacia dónde va el primer mandatario estadounidense? ¿Sabe realmente qué quiere y lo que está haciendo?
Donald Trump acaba de destituir a una de las figuras más importantes del actual gobierno, al secretario norteamericano de Estado, Rex Tillerson. Quien le diría al político estadounidense que pronto le llegaba su hora, cuando hace apenas unos días andaba de gira por varios países analizando temas de “importancia” para su gobierno. Y es que precisamente uno de esos asuntos de “interés” fue lo que más pesó en la decisión de Trump de sacar de su cargo a Tillerson: el acuerdo nuclear con Irán.
¡Cuán polémico es este tema!, yo diría que el magnate neoyorquino le tiene fobia a ese asunto. Una vez más el jefe de la Casa Blanca demuestra que quien está lejos de sus criterios sale del juego, siempre que el adversario sea un hueso fácil de roer, claro está. A Donald Trump no le parece correcto el acuerdo nuclear establecido entre Estados Unidos e Irán, tomado en la presidencia de Barack Obama, y Red Tillerson tenía una opinión distinta al respecto. ¿Las consecuencias?, este 31 de marzo entregará oficialmente su cargo el hasta ahora secretario norteamericano de Estado.
Pero la alarma nacional e internacional no es solo por la destitución de Tillerson. Le seguía ahora la designación de un nuevo secretario de Estado. Ya está, nada más y nada menos que el director de la Agencia Central de Inteligencia (CIA), Mike Pompeo. Este sujeto es catalogado por muchos como un extremista. Pero es más fiel a Trump y eso es lo que el magnate necesita ante la gran crisis internacional que él mismo ha creado en materia económica, política y social.
La repercusión va más allá, Mike Pompeo, necesita un reemplazo en la CIA, y… ¿quién fue la escogida? Gina Haspel, una veterana agente vinculada a prácticas regulares de tortura para obtener información de los detenidos.
Este inesperado cambio tiene muchas lecturas y tendrá varias consecuencias. Para empezar, Donald Trump tiene a su lado ahora a personas que se le parecen más a él, aliados que lo apoyarán sin discrepancias. Aunque cuidado, que nadie se confíe, cualquiera puede caer en cualquier momento, más como están las cosas en la Casa Blanca. A partir de ahora están en juego el pacto nuclear con Irán, y quién sabe si la tan anunciada y esperada reunión con Kim Jong-un. Lo cierto es que acaba de sumergirse Trump en la peor crisis de su mandato, en la cual repercute fuertemente la política exterior que ya estaba bien dañada.
Nada de predecir al presidente de Estados Unidos, que nadie intente, será un fracaso. La peor alarma es la humanidad en general, aunque queramos ignorar las locuras de este “experimento fracasado”, como alguien ya lo catalogó, no podemos porque él es una amenaza mundial.
