La violencia desplaza a miles de mexicanos
Ya no es noticia que la violencia impera en México, que los asesinatos, crímenes y desapariciones forzadas aumentan cada día en el norteño país. Las críticas no son suficientes, es más, no sirven de nada cuando las cifras tienden a subir desproporcionadamente. El pánico cunda en la población, en los habitantes de las zonas de mayor peligrosidad en ese sentido. Y así lo constata un informe nacional.
La Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) cuenta 35 mil casos de desplazados por la violencia en 11 estados de México. La cifra está basada en testimonios recogidos entre el 2015 y el 2016, así lo confirmó Edgar Corzo, visitador general de la CNDH. Es preocupante el crecimiento del desplazamiento forzado en el país, pero más lo es la desatención por parte del gobierno, el cual no acaba, o no quiere reconocer que ello es un grave problema y por tanto no le dan el tratamiento que amerita.
Si hoy la migración es un problema en México, por la llegada de foráneos, el tema también se agudizará por la huida de nacionales dentro del mismo territorio.
La Comisión Mexicana de Defensa y Promoción de los Derechos Humanos asegura que, desde el 2009 hasta el 2017, al menos 310 mil 527 personas tuvieron que abandonar sus lugares de residencia porque su vida e integridad estaban en peligro.
Uno de los causantes de esta situación en México son los llamados carteles del narco. En ese sentido, y para estar a tono con las noticias, se conoce que Jalisco Nueva Generación (CJNG), una de las pandillas de ese tipo, se extiende por todas parte del territorio mexicano y se posiciona como la organización criminal más poderosa del país, influyendo esto, considerablemente, en el pánico que están viviendo los habitantes de la nación azteca.
El CJNG opera en las cinco regiones de México, y en menos de 10 años se extendió a 14 estados de la República. Esa agrupación criminal es la de mayor capacidad financiera de su tipo y controla, además, los puertos de Veracruz, Manzanillo, y Lázaro Cárdenas.
Sin dudas este es un grave problema, y no ayudan en nada los reclamos sociales, los cuales hasta se han visto opacados por el miedo a la represalia, por temor a ser víctimas de un crimen que no tiene para cuando acabar en el México actual.
