Las figuras de Nazca son más antiguas de lo que se pensaba
Los primeros meses de 2018 han estado marcados por varios descubrimientos arqueológicos que tienen como denominador común la posibilidad de modificar varias teorías históricas, demográficas y científicas establecidas desde hace muchos años. Uno de ellos tuvo lugar en un desierto de Arabia Saudí, Asia, cuando un grupo de investigadores británicos logró identificar entre objetos y huesos recolectados, una falange humana de más de 85 000 años.
Resulta que ese dedo no debió estar allí, pues según la historia de las migraciones humanas, nuestros ancestros salieron de África hace solo 60 000 años. Parece ser que tuvimos algunos grupos pioneros. Otros dos corresponden al continente latinoamericano.
Ambos tienen que ver con las civilizaciones precolombinas que habitaron estas tierras. En la Amazonia, debido al triste fenómeno de la deforestación, han quedado expuestas grandes explanadas, antes cubiertas de selva. Gracias a unas vistas aéreas, un equipo de investigadores, también inglés, descubrió un grupo de aldeas que pudo haber albergado a más de un millón de personas en una pequeña área geográfica. Así habría que comenzar a valorar que la población autóctona latinoamericana fue más grande de lo que se cree y que se constituyó en una red de ciudades, no solo erigidas alrededor de las principales fuentes de agua. ¿Qué les parece?
Por otro lado, uno de los grandes misterios de la América continental ha vuelto a ser noticia por estos día: las figuras de Nazca, en Perú. En las laderas de los valles de Palpa un equipo de arqueólogos peruanos, investigadores internacionales y la revista NationalGeographic, descubrió medio centenar de figuras más antiguas a las ya mundialmente conocidas.
Ubicadas a unos 50 kilómetros de las primeras, en lo que se conoce como la pampa de Nazca, en la costa sur del Perú, estos nuevos geoglifos fueron diseñados por la cultura Paraca, que vivió antes de la Nasca (autora de las ya descubiertas), hace más de 2 700 años.
Por supuesto que un elemento determinante para este descubrimiento fue la tecnología, pues nunca antes en esta zona habían sido utilizados drones para tomar imágenes aéreas. También se requirió el estudio detallado de imágenes satelitales y el escaneo 3D. Pero realmente los científicos se dieron de bruces con este hallazgo de forma totalmente casual en 2014. Mientras restauraban el terreno en valle de Nazca, luego de que fuera dañado durante unas protestas de Greenpeace, descubrieron unas líneas cerca de una de las figuras que habían pasado inadvertidas. Así comenzaron los trabajos, que cuatro años más tarde han logrado identificar más de 50 nuevas figuras.
Las imágenes descubiertas hasta el momento son otra cosa en relación a las de la cultura Nazca. La civilización Paraca no solo nos ha legado líneas y representaciones de algunos animales, sino que sus diseños son antropocéntricas, pues aparecen reiteradamente figuras humanas, presumiblemente guerreros, acompañados de animales. Estas son perfectamente visibles desde los cerros, pues a diferencia de las de Nasca fueron hechas sobre relieve, y no en un terreno completamente llano, que necesita ser contemplado desde la altura.
Todo parece indicar que lo encontrado es solo la punta del iceberg de los secretos que guardan estas laderas, pues solo ha sido estudiado el 5 por ciento de todo el terreno.
