La medicina mexicana está a favor de la ética profesional
Los médicos mexicanos podrán negarse a practicar procedimientos médicos que vayan en contra de sus principios éticos y religiosos. El Senado y la Cámara de Diputados aprobó hace unas semanas una reforma a la Ley General de Salud que introduce el concepto de la objeción de conciencia. El Congreso mexicano ha sido el escenario de un álgido debate en el que se enfrentaron los legisladores que ven en esta enmienda un "retroceso" en la protección de otros derechos como la eutanasia y la interrupción legal del embarazo y los que creen que los objetores pueden tener esta garantía en la práctica médica.
Esa discusión se ha extendido más allá de las paredes de las Cámaras alta y baja, y ha provocado diferencias entre asociaciones en defensa del llamado derecho a decidir y grupos conservadores que abogan por el llamado derecho a la vida.
El centro del debate son las implicaciones sobre el aborto, que es legal a nivel nacional si la paciente ha sufrido una violación y está despenalizado hasta las 12 semanas de gestación y bajo más supuestos en la Ciudad de México, que ha encabezado por años la agenda progresista del país.
La objeción de conciencia es un derecho que se ha invocado para la eutanasia, la interrupción del embarazo y la negación de participar en una guerra, con el caso emblemático de la leyenda del boxeo Muhammad Alí y su rechazo a luchar en Vietnam.
El reclamo de las legisladoras y las organizaciones feministas es que se intenta menoscabar un derecho constitucional, bajo el argumento de proteger la libertad religiosa de los médicos. Es, para ellas, la falsa defensa de un derecho para afectar a los de otros. "No nos hagamos tontas ni tontos, esta reforma está dirigida para contrarrestar la progresividad de los derechos de las mujeres a decidir sobre nuestro propio cuerpo", ha dicho este jueves la senadora Angélica de la Peña del Partido de la Revolución Democrática (PRD, centroizquierda). "La objeción de conciencia existe como derecho, pero no puede utilizarse para obstaculizar otros derechos humanos, como los de las mujeres y las libertades sexuales y reproductivas", opina Ximena Andión, directora del Instituto de Liderazgo Simone de Beauvoir.
El ultraconservador Partido Encuentro Social (PES), que impulsó la iniciativa y logró que se aprobara en la Cámara baja en octubre pasado, ha celebrado la reforma. "Anteriormente un médico, una enfermera o un enfermero podían sufrir un serio regaño o maltrato por parte de quién ejercía autoridad sobre ellos, hasta incluso perder su empleo", declaró la diputada Edith Martínez. La congresista del PES compartió un tuit horas más tarde en el que una usuaria se congratulaba porque el Senado diera "más apoyo a la vida".
La nueva legislación sobre objeción de conciencia no se podrá invocar si la vida del paciente corre peligro o si se trata de una emergencia médica, un matiz importante para el Grupo de Información en Reproducción Elegida (GIRE). Regina Tamés, directora del GIRE, afirma que, más allá de los problemas técnicos de la ley, es "preocupante" e "irresponsable" que legisladores aprovechen para desvelar posiciones provida para ganarse el favor de los grupos ultraconservadores en las elecciones del próximo 1 de julio.
"Hay que tener claro que no se convierta en una iniciativa contra el aborto porque lo más importante es que los servicios médicos se deben prestar sí o sí y eso es responsabilidad de la Secretaría de Salud", explica Tamés. "El Gobierno tiene que decirnos cómo le va a hacer, si no hay médicos suficientes, el directo responsable por los peligros a la salud de las pacientes será el Estado", agrega. A Tamés y a Andión les preocupa que el acceso a la interrupción del embarazo es ya de por sí difícil en México y que esta reforma pueda dificultar aún más el proceso. "Está redactada de forma ambigua y va a generar un ambiente de más criminalización, más estigmas y, en el peor de los casos, la negación de los servicios médicos", lamenta Andión.
Otro aspecto polémico es que la aprobación en el Senado, que actuó como cámara de revisión, se dio por 53 votos a favor, 15 en contra y una abstención: 59 de los 128 senadores no acudieron a votar. En la cámara de diputados, que votó seis meses antes, el saldo fue en cambio de 313 a favor, 26 abstenciones y 105 en contra. Solo 56 de 500 no votaron. "Es muy grave este retroceso, en un país en el que faltan médicos (...) en el que hay una presión para evitar que se avance en el reconocimiento que cada mujer decida", reclamaba De La Peña. "[No se busca] violentar ningún derecho, ni de la mujer ni de nadie", dijo el panista Salvador López Brito, ante varias curules vacías.
La votación también desnudó las costuras y las fisuras parlamentarias entre las coaliciones que compiten por la presidencia del país. El PES, autor de la enmienda, encontró oposición en Morena, su socio en Juntos Haremos Historia. El Partido Acción Nacional, tradicionalmente de derechas, no votó en la misma dirección que el PRD, su aliado en por México al Frente. El gobernante Partido Revolucionario Institucional votó a favor, un día después de que su candidato, José Antonio Meade, apareció en una foto con Rodrigo Iván Cortés, presidente del Frente Nacional por la Familia, la organización ultraconservadora más fuerte del país. La Secretaría de Salud tendrá ahora 180 días para emitir la reglamentación de la ley antes de que entre en vigor.