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miércoles, 4 de julio de 2018

El PRI culpa a Peña Nieto por los resultados electorales

Por Amanda

Esta semana un colectivo de militantes del Partido Revolucionario Institucional (PRI) le echó la culpa al gobierno del expresidente Enrique Peña Nieto por los pésimos resultados obtenidos en las elecciones presidenciales que tuvieron lugar en México, el pasado domingo, y reclamó firmemente “reconstruir” dicha agrupación. “Si anhelamos ver a un PRI fuerte, dejemos que las mayorías determinen y escojan el futuro próximo de esta nuestra organización política. Reintegremos el partido a sus indiscutibles dueños, sus militantes”.

La conocida Democracia Interna, dirigida por Ulises Ruiz, el exgobernador de Oaxaca, divulgó una carta que estaba destinada a seguidores y militantes del PRI en la que certificó que el triunfo de Andrés Manuel López Obrador, el izquierdista, quien logró alcanzar el 53 % de los votos, fue calificada de “incuestionable y apabullante”. José Antonio Meade, el aspirante del PRI a la presidencia, resultó ser posicionado en un lejano tercer lugar, obteniendo tan solo el 16,4 % de los votos, y el partido no se llevó consigo a ninguna de las nueve gubernaturas que se encontraban en juego.

Causas como el “la dejación de los comités regentes estatales y el ninguneo a la militancia” fueron las principales fundamentos que conllevaron al partido a “la fracaso más lamentable de su toda su historia”, de esta manera lo analizaron los priistas discrepantes. Después de señalar el trabajo de Enrique Ochoa como presidente del partido en el periodo desde junio de 2016 hasta el mes de mayo del actual año, ampliaron que “en ningún momento de la historia del PRI la impertinencia de una mandato inepto, el cual recibió el apoyo del grupo en donde el poder había producido tanto desperfecto ni habían ofendido de tal manera al priismo”. Los firmantes analizaron que el expresidente mexicano junto con ciertos funcionarios que formaban parte de su gobierno, “especialmente los que se encontraban a cargo de la ardua lucha en contra de la pobreza y la inseguridad”, así como aquellos que estuvieron en varios eventos de corrupción, son los únicos “responsables” de los recientes resultados electorales.

Requirieron que de esta manera lo valoren y que piensen que “no tienen especio en el restablecimiento del PRI”. “No debemos consentir que continúen representando un mal para nuestra organización, que la arruinen”, ampliaron. El restablecimiento es preciso, sustentaron, debe proceder solamente de la militancia, en el momento en donde las energías se calmen y existan y estén creadas las “condiciones de igualdad e inserción”. Democracia Interna señaló el “amiguismo” el cual se ha tenido lugar en el corazón del partido para situar a gobernadores que emplearon sus cargos con el fin de alcanzar de forma no adecuada el “beneficio personal, familiar y en cierta parte en grupos próximos”. A pesar de que la corriente no facilitó ningún nombre, las afirmaciones en las pláticas fueron una clara señal a aquellos jefes estatales que han terminado estando envueltos en sucesos de corrupción, como es el caso de Roberto Borge o Javier Duarte, exgobernadores de Quintana Roo y Veracruz, respectivamente.

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