Partículas de plástico incluso en el agua embotellada
Es un hecho ya, el plástico ha penetrado de tal madera en nuestra vida cotidiana que se encuentra impregnado en los productos que consumimos a un nivel muy básico, incluso en elementos naturales tan imprescindibles como el agua. Un reciente estudio, dirigido por la organización periodística Orb Media y practicado por un equipo multidisciplinario de investigadores de la Universidad Estatal de Nueva York en Estados Unidos analizó el contenido de 250 botellas de agua, correspondiente a las principales marcas nacionales e internacionales comercializadoras de este producto, encontrando partículas mayores que el grosor de un cabello humano en 11 marcas diferentes.
El grupo periodístico ha recalcado que el objetivo de la investigación no ha sido emplazar a las marcas de agua, pues la mayoría de ellas emplean en sus plantas embotelladoras la tecnología más avanzada; sino visualizar la magnitud de un fenómeno que apunta a convertirse en masivo e irreversible. Con anterioridad otros estudios ya habían señalado la presencia de estas micropartículas de plástico en cerveza, sal marina, pescado, mariscos, e incluso ¡en el aire!
Aunque los científicos no han podido demostrar que estos minúsculos elementos tengan algún efecto nocivo en la salud humana, sí se encuentran enfrascados en dilucidar sus potenciales implicaciones. Los resultados, aunque no catastróficos, han sido calificados como preocupantes por el equipo de investigadores. Nos obstante, los expertos recomendaron que en los países no desarrollados, donde el agua del grifo podría estar contaminada, las personas deben continuar consumiendo agua embotellada.
Para realizar la investigación el equipo de la Universidad de Nueva York escogió diferentes países con gran población o consumo elevado de agua embotellada. En ellos compró paquetes de agua de 11 marcas nacionales e internacionales. Entre las marcas internacionales estudiadas se encuentran San Pellegrino, Evian, NestlePureLife, Acuafina y Dasina. Por países fueron analizada Epura (México), Minalba (Brasil), Aqua (Indonesia), Gerolsteiner (Alemania), Bisleri (India) y Wahaha (China).
El método empleado incluyó el uso de un tinte rojo conocido como Rojo Nilo, empleado desde hace poco por científicos británicos para detectar plástico en el agua de mar. Al incorporar esta sustancia a cada botella las partículas flotantes adquieren una coloración fluorescente, que permite que puedan ser filtradas, contadas y analizadas. Y eso hizo el equipo neoyorkino.
Las partículas mayores de 100 micras (una micra equivalente a una milésima parte de un milímetro) pudieron ser manipuladas individualmente, analizadas con una espectroscopía infrarroja y confirmadas como plástico. Las más pequeñas (entre 100 micras, y hasta 6,5 micras) se contaron empleando una técnica utilizada en la astronomía para contar estrellas. Aunque estas últimas no pudieron ser confirmadas como plástico, el equipo decidió, empleando la lógica, afirmar que "racionalmente se cree que son de plástico", pues el Rojo Nilo solo se adhiere a esta sustancia específicamente.
Al ser un estudio no avalado por pares y no publicado en revista científica alguna, su credibilidad ha sido cuestionada tanto en la comunidad científica como por las marcas de agua analizadas. Y aunque prestigiosas personalidades científicas han reconocido la rigurosidad del estudio y lo acertado del método, no han tardado en aparecer las respuestas refutándolo. Y no es para menos, sobre todo cuando la publicación de estos resultados puede convertirse en una muy mala publicidad para las firmas embotelladoras.
La mayoría no ha tardado en emitir declaraciones, remarcando el aval de sus procedimientos por autoridades sanitarias y alimenticias, así como la inocuidad de sus producciones. Es el caso de Nestlé, quien afirmó que desde hace varios años realiza pruebas internas para detectar microplásticos y que no ha encontrado nada por encima del nivel normal. Agregó que los estudios de la Universidad de Nueva York no fueron efectivos evitando los falsos positivos e invitó a Orb Media a comparar procedimientos.
PepsiCo, por su parte, pidió a la Asociación Estadounidense de Bebidas que emitiera una respuesta en su nombre. Y agregó que la industria consideraba segura e inocua su agua embotellada. Consideró, además las investigaciones sobre microplástico muy incipientes y que aún requieren un análisis experto continuo, la revisión por pares y colaboraciones entre partes interesadas.
Aunque estas económicas casas 3D pudiera interesar a inquilinos de ciudades muy pobladas como Tokio, donde las retas de un pequeño espacio representan cifras astronómicas, el objetivo principal ahora son los más necesitados. Por eso sus creadores empezarán por El Salvador. El proyecto de 100 casas para 2019 ha sido financiado por donantes de Silicon Valley.
Pero las casas no serán un donativo. Sus dueños pagarán una hipoteca de 30 dólares sin interesespor 10 años (el salario medio en las zonas rurales de El Salvador son 360 dólares) y a su vez este dinero será depositado en un fondo comunitario que servirá para construir nuevas viviendas o dar mantenimiento a las ya construidas.