El águila calva vuelve a volar en Sonora
Una buena noticia para México ha sido el avistamiento de una especie de animal que se creía desaparecida en el estado de Sonora: el águila calva. Por casi 20 años no se habían tenido noticias de la presencia del ave en el territorio, pero esta realidad sin dudas cambió, pues todo parece indicar que se observaron dos parejas de esa especie en las zonas montañosas de Sonora.
Un estudio y observación realizados por expertos de Arizona y de la Comisión de Ecología y Desarrollo Sustentable del Estado de Sonora (Cedes), confirmaron esta buena noticia. Las águilas fueron vistas en las zonas montañosas de los municipios serranos de Soyopa y Sahuaripa, en la región central de la sierra del occidente del estado. El titular del Cedes, Luis Carlos Romo Salazar, recordó que hace 18 años se observó por última vez el águila calva en Sonora y explicó que la observación se realizó en el pasado mes de marzo, que fue cuando se vieron las dos parejas distribuidas en dos zonas de dichos municipios.
El especialista comentó que una de las parejas tiene una cría de unas dos semanas de edad y la otra pareja parece ser que está incubando huevos en su nido. Además, hizo énfasis en que el águila calva es una especie en peligro de extinción, y por eso su conservación es de gran interés para el país, que desarrolla esfuerzos para impedir que desaparezca totalmente de su territorio. No obstaste, el director de Cedes pidió mayor cooperación a las instituciones para reactivar los monitoreos y de esta forma conocer su estatus en la región. Las poblaciones en Sonora son calificadas como grupos relicto (remanentes supervivientes), y la de mayor importancia se encuentra en la cuenca de los Ríos Bavispe-Yaqui.
De manera general, el águila calva (Haliaeetus leucocephalus) es un ave rapaz que habita en toda América del Norte. Su mayor distribución está en Canadá, Alaska y Estados Unidos. Esta ave puede alcanzar una longitud de un metro, y una envergadura mayor a los dos metros, siendo las hembras ligeramente más grandes que los machos. Como casi todas las águilas, permanecen mucho tiempo posadas e inmóviles, aparentemente indiferentes al mundo, y su dieta está basada principalmente en peces.
