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jueves, 3 de mayo de 2018

Un estudiante que dejó sus huellas

Por deltoro

En la Universidad de la Habana, Fidel impresionaba por la ética de sus acciones, por su espíritu de rebeldía y justicia, que se manifestaba en encendidos alegatos, pronunciados desde los bancos de mármol y granito de la Plaza Cadenas o desde las escalinatas de los edificios universitarios, defendía la decencia de la universidad y los derechos estudiantiles.

Sus estudios anteriores sobre la obra martiana, la admiración por Carlos Manuel de Céspedes, Máximo Gómez, Antonio Maceo y, además, la lectura de la Revolución Francesa, tenían mucho que ver con su pensamiento y forma de actuar. Pensaba y actuaba con integridad. Su diáfana conducta y el espíritu impetuoso de hacer bien, constituían entonces sus más contundentes cartas de presentación.

En la Universidad sobresalía como destacado líder estudiantil y político. Despertaba admiración entre los jóvenes y tenía muchas amistades. Su preocupación por las cuestiones cívicas y políticas de la situación nacional, lo llevaron a ser electo como Delegado de la signatura de Antropología Jurídica por una amplia mayoría.

El ochenta por ciento de los votos obtenidos por Fidel, tuvo mucho que ver con el empeño, la constancia y la energía desplegada para conseguir la representación estudiantil. En ocasión del recuerdo de estudiante revolucionario Rafael Trejo, asesinado por la dictadura machadista, Fidel estuvo entre los que avivaron la memoria solidaria, el homenaje y las demandas de los estudiantes a favor del campesinado y la nación.

Fidel como Delegado de los estudiantes de derecho, el diario El Mundo, anuncio que éste pronunciaría un discurso por el Día Internacional del Estudiante, durante la apertura de la Exposición 17 de noviembre, en los salones de la Asociación de Estudiantes de Derecho. Una semana después, Fidel pronunció un discurso en el acto por el aniversario 75 del fusilamiento de los ocho estudiantes de medicina. Sus palabras aparecieron en el periódico Avance Criollo. Su verbo fustigo con energía: este gobierno ha sido peor que los anteriores que ha matado la fe de todo el pueblo.

Como miembro de la Comisión de Dirigentes Universitarios contra la posibilidad de reelección de Grau, como Presidente del Comité Pro Democracia Dominicana en la Universidad de la Habana y como activista Pro Independencia de Puerto Rico. Fidel, envuelto en la vorágine de los tiempos tumultuosos que Vivian la Universidad, el país y hasta el continente, tuvo una presencia pertinaz en las protestas y luchas estudiantiles.

En marzo de 1947 tuvieron lugar las elecciones para seleccionar los Delegados de asignatura en la Escuela de Derecho Civil, es elegido Vicepresidente de la Asociación de Estudiantes de Derecho, más tarde ocuparía el cargo de Presidente por sustitución reglamentaria del presidente Federico Marín por estar vinculado éste a intereses ajenos al estudiantado. Apenas 48 horas después de aquella decisión, Fidel fue detenido junto a otros dirigentes estudiantiles.

Esta detención se produce porque ellos defendían de adhesión al grupo de Humberto Ruiz Leiro, que aspiraba a la presidencia de la FEU, y que reconocían como única opción del estudiantado en la Colina Universitaria. Se le condujo a la sede del Servicio de Investigaciones Extraordinarias Especiales de la Policía Nacional, en el Castillo del Príncipe.

Poco a poco fueron saliendo todos. Únicamente él permaneció allí. A las once de la mañana del día siguiente, 26 de abril de 1947, fue puesto en libertad. Fidel denuncio en la misma puerta de la cárcel, la injusticia de aquella reclusión arbitraria, sin que nadie se atreviera allí mismo a acallar su palabra, su verdad encendida, proclamada y reseñada en todos los noticiarios y periódicos. Fidel, sin una organización o partido que lo apoyara, pero con el respaldo de los alumnos de Derecho y de otras facultades se enfrentaba, en una lucha abierta, frontal, que lo ponía en peligro y bajo constante presión.

Fue entonces que Mario Salabarria, amenazante le dio un ultimátum a Fidel quien debía deponer su oposición política o abandonar la universidad. Tomo entonces la decisión de volver, aunque fuera solo y vender cara su vida. No titubeó nunca, ni un segundo en regresar. La intervención de un grupo de compañeros impidió que Fidel muriera en una batalla desigual.

A partir d entonces volvió a la Universidad unas veces armados y otras no. Los mafiosos, no resistieron el embate de los estudiantes. En una ocasión lo protegió de la muerte, el apoyo de los estudiantes, en especial del Chino Esquivel quien lo acompañaba a todas partes. Ellos lo rodearon durante el trayecto, desde la universidad hasta su casa. Fueron tiempos difíciles.