AMLO alarga la polémica sobre el aeropuerto
El principal candidato presidencial, Andrés Manuel López Obrador, dejó ayer abierta la posibilidad de que el nuevo proyecto del aeropuerto de la Ciudad de México continúe, pero dijo que finalmente le corresponde al pueblo decidir su destino. Hablando en un mitin en Texcoco, el municipio donde se está construyendo el nuevo aeropuerto, López Obrador dijo que a más tardar en septiembre realizará una consulta pública en la que los ciudadanos recibirán tres propuestas diferentes: dos que verán el proyecto continúa y uno que lo desechará.
El favorito en las elecciones del 1 de julio, que dijo el viernes que se necesitará un milagro para evitar que gane, se ha comprometido previamente a cancelar el nuevo aeropuerto, alegando que es corrupto, demasiado caro y no es necesario. Enfrentado a los cánticos de "sí a la tierra, no a los aviones", el candidato conocido ampliamente por sus iniciales, AMLO, dijo que "todo debe ser considerado, pensado cuidadosamente [y] analizado" antes de tomar una decisión final.
Cuando esa declaración fue recibida con abucheos y siseos por parte de algunos de sus seguidores, López Obrador trató de aplacarlos diciendo: "cálmense, al final van a decidir, solo déjenme darle las opciones". Una de las tres alternativas propuestas por AMLO es que el proyecto continúe como una empresa conjunta público-privada, aunque el candidato del partido Morena dijo que esa opción depende de cuánto dinero haya invertido el gobierno y cuánto más deberá aportar. Según López Obrador, el gobierno ya contribuyó con 40 mil millones de pesos (US $ 1,95 mil millones) y destinó otros 40 mil millones de pesos que están depositados en un fideicomiso del aeropuerto.
La segunda opción consistiría en que el proyecto sobreviviera, pero como una concesión del sector privado, que López Obrador dijo que prefería a la primera opción. De acuerdo con el hombre más rico de México, Carlos Slim, cuyas compañías tienen una participación del 8% en el nuevo aeropuerto, todo el proyecto debería haber sido contratado por el sector privado desde el principio. Hablando en su defensa en abril, Slim advirtió que la suspensión del proyecto detendría el crecimiento económico y dijo que López Obrador y otros candidatos presidenciales "no tenían motivos para interferir".
También acusó que es inevitable que un proyecto de infraestructura pública tarde más tiempo y cueste más que uno privado. La tercera opción que López Obrador dijo que presentaría a los ciudadanos de México implicaría descartar el proyecto y usar la tierra para el desarrollo inmobiliario, incluida la construcción de edificios para albergar oficinas gubernamentales. En ese escenario, la presión sobre el sobrecargado aeropuerto Benito Juárez de la Ciudad de México se aliviaría mediante la construcción de dos nuevas pistas en la base existente de la fuerza aérea de Santa Lucía en el estado de México.
Sin embargo, algunos expertos en aviación han advertido que el plan no es factible debido a su proximidad al aeropuerto existente. Para abordar todos los pros y contras, dijo López Obrador, habrá un amplio debate antes de su consulta pública propuesta, que podría tomar la forma de un referéndum conducido por el Instituto Nacional Electoral (INE). El candidato de la coalición Juntos Haremos Historia también dijo a sus seguidores que ha pedido reunirse con el presidente Enrique Peña Nieto el 3 de julio para discutir el proyecto, dos días después de las elecciones.
