La guerra contra Roku en México continúa
Roku, el aparato que convierte un televisor corriente en una Smart TV, continúa sin poder ser comercializado en México. En 2017 comenzó la polémica sobre el uso de este dispositivo, tras ganar Cablevisión una demanda judicial que paralizaba su venta en todo el país. ¿Bajo qué argumento?, pues que Roku comercializaba y distribuía contenidos sin autorización. Diez meses después del primer fallo, varios jueces federales han corroborado la prohibición argumentado violación de derechos de autor y reproducción de materiales no autorizados. Roku por su parte ha negado tales acusaciones y ha anunciado que iniciará acciones legales para reanudar las ventas.
En este punto, parece que tomará algún tiempo desenredar la madeja legal y burocrática sobre el uso o no del dichoso aparato. ¿Pero cómo se llegó a esta disputa ante tribunales? A través los servicios de Roku los usuarios pueden ver canales de streaming de todos los géneros, la mayoría son completamente gratis, aunque para acceder a los contenidos de otros como Netflix se necesita una suscripción. De forma general Roku permite el acceso a 2 500 canales gratuitos y de pago, entre ellos Vimeo, Crackle, YouTube y Plex.
El servicio que ofrece Roku no es ilegal, pero sí han sido consideradas así, las operaciones que algunas personas realizan en el país. Y es que al parecer ciertos canales nacionales e internacionales pueden verse sin costo alguno gracias a una aplicación que se descarga en la red y se instala en el software del dispositivo a través de un código (de origen aún desconocido), que, miren qué, cuesta la módica suma de 200 pesos. La app en cuestión ha sido descargada en varias ocasiones desde México y para colmo, Investigaciones lideradas por TheCompetitiveIntelligenceUnit arrojaron que más del 40 por ciento del millón de usuarios que hoy utiliza Roku en el país azteca, lo hace para ver contenidos ilegales.
Y aunque, la empresa no es exactamente responsable del uso indebido que las personas hagan del aparato, los acusantes subrayaron que su actitud ante la lucha contra la piratería que permite el acceso ilegal a canales de televisión pagos, no ha sido activa. Por ello reclamaron que Roku debía hacer modificaciones en su software, como han hecho ante situaciones semejantes otras plataformas de distribución de contenidos en línea, así evitaría convertirse en el aparato preferido de los violadores de los derechos autorales. Nada, que no se anduvieron con paños tibios.
Por ello de nada ha servido que Roku alegue perjuicios a otras empresas menores y mayores e incluso a sus clientes, como consecuencia de la medida cautelar aprobada por los jueces. Por otro lado, aunque niega todas las acusaciones realizadas por el grupo Televisa y Cablevisión, no ha logrado presentar evidencias necesarias que logren despejar las dudas.
Mientras, las investigación sobre las vías ilegales que Roku ofrece para acceder a los contenidos son estudiadas. Pero la mala racha de Roku parece que durará, pues, aunque se despejen algunas incógnitas, la sombra que ha cubierto al producto no será fácil de disipar.
