Duerme bien ¡y crearás!
El sueño, sí, es necesario. El cuerpo y la mente necesitan descansar y luego, al despertar, todo fluye mejor. Las energías toman sus rumbos y las ideas brillan. Demostrado está.
Para ser más ambiciosos en las afirmaciones, un nuevo estudio se abre paso. Penélope Lewis, neurocientífica de la Universidad de Cardiff elaboró, junto a otros científicos, una nueva teoría. En ella explica que las fases más importantes del dormir —REM (Rapid Eye Movement) y no REM— establecen los nexos vitales entre lo que sabemos y lo que pudiera dar soluciones.
Al inicio del descanso se entra en la fase no REM, más bien un estado ligero que se prolonga durante la mayor parte de la noche y abarca también un período de sueño profundo conocido como SWS (Slow Wave Sleep). En ese momento millones de neuronas se encienden. El cerebro activa los recuerdos y lo recientemente vivido se suma a su memoria.
Realmente no solo ocurre este proceso durante ese momento pero es más fuerte por el contacto entre las dos partes del cerebro. El hipocampo y la neocorteza, donde los recuerdos, las ideas y los conceptos se almacenan. Según la científica, el hipocampo empuja a la neocorteza a reactivar recuerdos que se relacionan.
Durante la fase REM del sueño la acetilcolina interrumpe la comunicación entre el hipocampo y la neocorteza, poniéndolos a los dos en un estado flexible, donde las conexiones entre las neuronas se pueden formar de manera fácil, y se refuerzan y se debilitan. Así la neocorteza realiza una búsqueda inconsciente de similitudes entre conceptos en apariencia no relacionados.
Ambas fases del sueño, la SWS y la REM, son importantes para la creatividad. Y como el sueño es también un ciclo, el hipocampo y la neocorteza entran y salen de una sincronía. Es necesario profundizar más en la investigación y las conclusiones que aporta pero, sin dudas, sigue siendo la base el hecho de que el sueño merece ser respetado.