Austin duerme en paz tras hallar al autor de “paquetes bomba”
La ciudad de Austin, Texas podrá dormir tranquila después de darse con el ejecutor detrás de los paquetes bomba que horrorizaron a la ciudad por varios días. Mark Anthony Conditt, el principal sospechoso, tenía en su móvil grabación en un vídeo donde confesaba antes de morir, según indicaron las autoridades locales.
Brian Manley, el jefe de la Policía de Austin, expresó en rueda de prensa que en “ninguno de los momentos” de este video Conditt hizo insinuación alguna a incitaciones de terrorismo u odio. Según el punto de vista del bandido, las bombas serían “el grito que un joven debe ocasionar para enfrentar los desafíos de un hombre en la vida”. En los 25 minutos de duración del video Conditt además, facilitaría detales la confección de “siete de sus bombas”, todas con el mismo “igual mecanismo”, así como las desigualdades de cada una de ellas.
Manley emitió un mensaje alentador al aclarar que las siete bombas de las que hablaba Conditt estaban ubicadas: cinco de ellas explotaron, causando la muerte de dos personas; una fue detenida minutos antes de que explotara y la otra última fue con la que se quitó la vida. Por su parte, Greg Abbott, el gobernador de Texas, quien estuvo presente en la conferencia de prensa, quiso honrar el gran trabajo de las fuerzas policiales que “impidieron que el número de víctimas fuese mayor”. Abbott transmitió su pésame a las adoloridas familias de las víctimas y señaló a Conditt como “una hombre con grandes problemas personales”.
En la casa del bandido en serie, ubicada en el barrio de Pflugerville, en Austin los agentes federales descubrieron hoy diversos explosivos domésticos y los elementos necesarios para confeccionar las bombas. ), Fred Milanowski, el agente especial de la Oficina de Alcohol, Armas de Fuego, Tabaco, y Explosivos (ATF, afirmó con “gran convencimiento”, según medios locales, que los dispositivos hallados en la vivienda eran los mismos que se utilizaron “desde inicios de marzo en todas las bombas en Austin”.
Solo había sido un detalle el que facultó a las autoridades la plena identificación de Conditt y fue transacciones en las que se establecieron diferentes tipos de baterías muy definidas para la confección de este tipo de bombas. Estas dudosas órdenes aprobó el cerco de las autoridades. Tras la muerte de Conditt, Austin intenta de reconquistar la calma ante una realidad de inseguridad que le costó la vida de dos personas inocentes y dejó media docena de heridos.