¿Pueden llegar las 'Smart Cities' a México?
La capacidad para lograr el desarrollo de una smart city requiere de muchísimos preparativos, incluido, el primer lugar, el capital. Las ciudades necesitan inversionistas, que suelen ser muy cuidadosos y selectivos a la hora de escoger sus proyectos. Eso precisamente, a veces los ahuyenta de posibilidades poco transparentes en México.
Esas fueron las palabras de Andrew Baum, especialista de la Universidad de Oxford, durante una explicación sobre cómo una ciudad podría obtener financiamiento para ser más “inteligente”, explicó lo que los inversionistas quieren, y lo que se les debe ofrecer.
El término “ciudad inteligente” (smart city), también se conoce como “ciudad eficiente”, y se refiere a un tipo de desarrollo urbano basado en la sostenibilidad, que sea capaz de responder apropiadamente a las necesidades básicas de instituciones, empresas, y habitantes, tanto desde el punto de vista económico como sociales y ambientales.
“¿Qué hace a una ciudad atractiva para los inversionistas?”, cuestionó Andrew Baum. La transparencia, en primer lugar –fue su respuesta–, ya que les da confianza. O sea, si una ciudad ha tenido problemas de corrupción, eso los puede ahuyentar, reafirmó el experto durante su participación en el evento Smart Cities Exchange.
Algunas de esas ciudades inteligentes en la actualidad don Tokyo, Londres, Nueva York, Zúrich y París. No se trata de ciudades perfectas, pero sí han sabido aprovechar las tecnologías de la información y las comunicaciones para mejorar la calidad de vida de sus habitantes, al tiempo que mantienen un compromiso medioambiental.
Los participantes del evento Smart Cities Exchange, que se desarrolla esta vez en Ciudad de México, fueron enfáticos en la necesidad de crear ese tipo de ciudades, que ofrezcan soluciones tecnológicas y sustentables para problemáticas de movilidad, el cambio climático y el bienestar social.
Por ejemplo, ciudades como Singapur o Barcelona han logrado mejorar la calidad de vida de sus ciudadanos al aplicar soluciones que van desde poder hallar estacionamiento con el móvil en tiempo real (lo cual ayuda a ahorrar gasolina y, por lo tanto, a disminuir emisiones), hasta un sistema inteligente de transporte que distribuye a los autobuses según las necesidades de cada estación. ¿Está México preparado para ese escenario?
