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domingo, 15 de abril de 2018

México también va a por la conquista del espacio

Por Marina B.

México ha remontado desde 2010 un camino hacia las estrellas que tal vez no conocías. En el centro de sus logros se halla un joven de 19 años que se ha convertido en símbolo de la astronomía mexicana, al vender su vocho para participar en un concurso de la NASA y ganar un relevante premio científico.

Para inicios de este año la galaxia más lejana de nuestro planeta fue descubierta. Y el equipo de científicos que estuvo detrás del paso más largo de la astronomía contaba con dos reconocidos astrónomos de tierra mexicana, como recuerda este jueves el medio RT. Se trata de Javier Zavala y Vladimir Ávila Reese.

También uno de los dos grandes telescopios usados en ese hallazgo estaba en tierra mexicana: el Gran Telescopio Milimétrico Alfonso Serrano, catalogado por Ávila Reese como uno de los instrumentos de la milimetría más importantes del mundo.

Estos pasos, junto a la creación en 2010 de la Agencia Espacial Mexicana, encargada de la política espacial del país, son considerados por varios estudiosos de la astronomía como un florecimiento de la carrera por el espacio en el país azteca. Por si fuera poco, la presidenta de la Unión Astronómica que asumió ese cargo líder en 2015 fue una mexicana: Silvia Torres Peimbert.

Otro exponente de oro que reconoce el reportaje del medio ruso RT, es Jonathan Sánchez Pérez, un joven mexicano que con apenas 19 años logró llevarse el segundo premio con un proyecto de la NASA en el AQir and Space International Program de 2017.

El adolescente desarrolló una idea para estimar probabilidades de via en Júpiter, mejorar un satélite que ronde ese planeta y además sea capaz de generar energía para una colonia por medio de electrólisis. También propuso la mejora de robots y una ruta de viaje espacial que ahorraría gastos.

Sus aspiraciones son nada menos que a fundar una agencia que permita al país sostener una agencia spacial independiente de las grandes potencias.

"Les diré que sí se puede, que tenemos que luchar por lo que queramos, aunque a veces sea muy difícil", expresó el joven sobre los sueos astronómicos mexicanos al ganar el premio.

Se cuenta que Jonathan vendió su vocho, el que construyó con su padre, para poder participar en ese concurso de la NASA. Por todas sus proezas juveniles para la astronomía, se ha convertido, junto a los avances de la tierra azteca en este campo, en un símbolo del renacimiento espacial mexicano.