México y Odebrecht: una relación de conflicto
Hace tiempo que México está tratando por todos los medios de limitar lo más que puede sus vínculos con la constructora brasileña Odebrecht, luego de que esta compañía dejara una fuerte estela de hechos de corrupción diseminados por toda Latinoamérica, en la que han estado involucrados altos funcionarios y hasta presidentes de los gobiernos del continente. Esta voluntad de la nación norteamericana se ha hecho palpable con la nueva decisión del Ejecutivo mexicano y su postura ante el tema.
En este sentido, la Secretaría de la Función Pública (SFP) anunció que, como parte de la sanción de dos años impuesta a Odebrecht, la compañía brasileña estará inhabilitada para participar en cualquier contrato público que pudiera tener lugar en territorio mexicano. Es decir, el desprestigio acumulado por Odebrecht y la decisión de México le impedirá a la empresa brasileña firmar acuerdos y/o contratos con dependencias y entidades federales y estatales en donde haya dinero público del Estado mexicano. El castigo se suma a la primera inhabilitación, por un período de cuatro años, que se decretó en diciembre pasado.
Además, otros hechos respaldan y justifican la postura asumida por el gobierno mexicano ante Odebrecht. Por ejemplo, los contratos firmados por la constructora brasileña con Pemex (Petróleos Mexicanos), la empresa estatal productora, transportista, refinadora y comercializadora de petróleo y gas natural en el país azteca, en los tiempos de Emilio Lozoya, como director general de Pemex, están siendo investigados por supuestos sobornos recibidos por altos funcionarios de la entidad mexicana. Esta última sanción deriva de un cobro indebido de aproximadamente 130.000 dólares por duplicidad de servicios en un contrato de obras en la refinería Miguel Hidalgo, ubicada en el estado de Hidalgo, al centro del país.
Un comunicado público emitido por la SFP señala que a partir de la investigación iniciada a mediados de diciembre de 2016, se han comenzado "ocho procedimientos administrativos: cuatro contra filiales de la empresa constructora, dos contra sus representantes legales y dos más contra servidores públicos de Pemex". Es así como los tentáculos del caso Odebrecht no se han limitado a Sudamérica, sino que se han ido extendiendo por toda la región hasta llegar a México, donde aunque no se han producido escándalos políticos relacionados con la constructora brasileña, está tratando de distanciarse de la desprestigiada firma brasileña a como dé lugar.
