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lunes, 11 de junio de 2018

La pobreza retrasa la legalización de la eutanasia

Por Maritrini

En la actualidad, existen varias técnicas en el sector de la salud, pues el significado que puede tener para muchos “morir con dignidad”, se encuentra vigente en los que entran cada día a terapia intensiva y tener para pagar por estos tratamientos, no ocurre los mismo con las personas pobres. “Hasta no solucionar ese problema, la eutanasia permanecerá en el aire. Los pobres no pueden preocuparse en ella porque estos fallecen antes por no tener nada para comer, o se encuentran en hospitales en donde no existen recursos”, indicó el académico de la Facultad de Medicina (FM) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

Al establecer la magnífica conferencia “Eutanasia: reflexión obligatoria”, en el auditorio Alfonso Caso, mostró que el pensamiento de “perder la vida con dignidad” se encuentra presente entre quienes suponen que podrían ingresar en terapia intensiva y estos tan solo disponen de los recursos económicos para enfrentar este clase de tratamientos. El además integrante del Colegio de Bioética mostró que previamente de efectuar estas técnicas, el sistema nacional de salud le corresponde solucionar representaciones primordiales como que escaseen las vacunas, medicamentos y los alimentos en las clínicas.

Al mismo tiempo, el asunto no se encuentra en los propósitos de los políticos, y de igual forma tampoco está en la mayor de la población. No obstante, Arnoldo Kraus Weisman se fio en que la sociedad civil llegará a ser quien arranque su debate, “pese a que en otros países la disputa referente al tema se ha entablado desde el comienzo de casos de muerte funestos”. En el cuadro del ciclo “Pláticas por la bioética”, del Programa Universitario de Bioética, el escritor de libros como “Recordar a los difuntos” hizo un llamado para que no se criminalice la eutanasia. “El ser humano es independiente y la eutanasia bien usada es una gran manera de decirle adiós a la vida”.

Hasta el momento esta táctica es permitida y a su vez legalizada en cinco países: Canadá, Luxemburgo, Holanda, Bélgica y Colombia. En la región de Oregón, en el estado americano, está autorizado el sacrificio presenciado, consistente en que un médico le facilite al enfermo las medicinas para que él determine dónde, cuándo y de qué manera prefiere morir. El enfermo cuneta con un kit a su lado, es una estuche que puede disponer de él para aliviar sus dolores y de esta manera apresurar su muerte.

En varias ocasiones ya no lo utilizan porque fallecen antes a raíz de la enfermedad, pero se consideran resguardados al contar un botiquín para hacer de su uso en caso preciso”, indicó el académico perteneciente a la Facultad de Química. Kraus Weisman reveló que en naciones como Estados Unidos poco más de la mitad de las personas mueren por una que otra cosa en hospitales, y en América Latina su gran mayoría afuera de estos. Previamente las personas morían en casa, rodeada de la familia, lo que humanizaba un poco el proceso, pero en este momento cada vez más sucede en hospitales.