El misterio de las tortugas muertas
Nuevamente la muerte masiva de animales pone a los investigadores frente a la búsqueda de las causas y a las afectaciones al medio ambiente y la mano del hombre como la más probable de ellas. En esta ocasión la duda la siembra la aparición de 122 tortugas marinas muertas, la mayoría de una especie en peligro de extinción, las cuales fueron halladas en las playas de Puerto Arista, en el sureño estado de Chiapas.
Hasta el momento las autoridades ambientales de México no saben a qué se debe el deceso de estos animales. Según trascendió en un cable de la agencia AFP, un comunicado de las dependencias gubernamentales encabezadas por la secretaría de Medio Ambiente declaraba que el 10 por ciento de los especímenes encontrados tenía evidencias de haber sido golpeados (heridas en la cabeza y caparazón), además de huellas de anzuelos y redes. No obstante, no existe todavía una comprobación las verdaderas causas, pues las necropsias y análisis de tejidos no se han realizado debido al avanzado estado de descomposición en el que fueron encontrados los ejemplares.
Si bien todo apunta a que ha sido la acción del hombre la causante, los investigadores continúan tras las causas, mientras las autoridades señalaron que intensificarán los recorridos para combatir la captura de tortugas por cazadores furtivos, que vigilan los sitios de desove en las playas de Chiapas.
Hasta el momento se ha identificado que de los especímenes localizados en las playas de Puerto Arista, 111 pertenecen a la especie golfina, la cual está declarada en peligro de extinción.
De acuerdo con información de la agencia AFP, en México se declaró en 1990 una veda permanente a la captura de tortugas marinas, sin embargo, no se ha podido frenar el comercio ilegal de huevos, algo que está vinculado a cuestiones tradicionales, como las creencias en los poderes afrodisíacos de estas especies, así como el gusto en algunos poblados indígenas del sur por los huevos y las tortugas.
Hoy en día el tráfico de productos y subproductos de tortugas marinas es castigado con nueve años de prisión, pero eso no es suficiente. Preciso es incrementar la vigilancia y, además, proteger el medio ambiente, pues la acción del hombre en ambos sentidos pone en peligro la vida de todas las especies.
