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jueves, 6 de septiembre de 2018

La alimentación correcta es la clave

Por Ainoa

Es muy cierto que según lo que comamos es lo que somos, y esto constituye la realidad, puesto que esto llevado a la práctica en relación con la piel, se interpreta de tal manera, que tu cutis resplandecerá en dependencia de lo que se halle en tu despensa. Estamos al corriente que la comida es un elemento fundamental cuando llega la hora de lidiar con el enemigo eterno: el envejecimiento externo.

En circunstancias habituales, alcanzaría tan solo con llevar a cabo una adecuada alimentación, sabrosa en verduras, frutas frescas y vegetales, las cuales saturarían las necesidades minerales, vitamínicas y de nutrientes de la epidermis. A pesar de que, nuestra piel acostumbra encontrase bajo el efecto de factores que favorecen su estrés, como es el caso del exceso del ejercicio físico, la contaminación, un ritmo de vida frenético y las radiaciones ultravioletas, todo esto antedicho obstaculiza el cuidado de prolongar una dieta balanceada y no debemos dejar de pasar por alto las situaciones específicas como es el caso de la lactancia y el embarazo, padecimientos, menopausia y cirugías.

Los mejores alimentos que se recomiendan para lograr una buena condición en todas las dermis son las que presentan ricos en ciertas vitaminas como la C y A, las cuales favorecen a la producción de colágeno y a también a la hidratación de la propia piel. Esto presume preferir en la carta componentes como los huevos, lácteos, brócoli, zanahorias, espinacas, también está el caso de los cítricos que constituyen y contienen uno de los niveles más elevados de vitamina C. Para aquellas con dermis con propensión a la ausencia de hidratación, la indicación es ayudar con un extra de ácidos grasos fundamentales mediante la dieta, puesto que su ausencia es lo que hace que la piel pierda grasosa junto con el agua se vaporice estimulando a su vez la resequedad. De esta manera, este tipo de piel debería de evadir (más que otros casos) de aquellos alimentos como el chocolate, té o café que, ayudan a eliminar ciertos minerales como el potasio y el zinc, benefician la deshidratación epidérmica.

Para conseguir que las pieles grasosas y con propensión acneica tengan un mejor desarrollo, no les interesa ingerir alimentos grandemente ricos en grasas como el salami, el chorizo y el cacao, los cuales ayudan a la manifestación de granos en la piel. En el caso de las pieles sensibles se encuentran los complementos o alimentos nutricionales, que quedan envueltos en la reactividad epidérmica, como: los suli tos, los nitratos y la histiamina que vive en nutrientes como las fresas o la clara de huevo, del mismo modo las sustancias vasodilatadoras que incluyen productos como el vino, aguacate y quesos. Estas dermis han de evadirlos por quedar claramente envueltos en la reactividad epidérmica vascular, lo que quiere decir, ayudan la quemazón y los rojeces.